La senadora del Centro Democrático se refirió al rol de las empresas y los emprendimientos en la economía de los países con una frase discutible.
Un día después de la posesión presidencial de Gustavo Petro, las senadoras Paola Holguín, Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, emitieron el discurso de oposición, como lo reglamenta el Estatuto de Oposición, Ley 1909 de 2018.
Holguín destacó el rol de las empresas y los emprendimientos para la economía de los países y dijo que, por ello, debía garantizarse su seguridad física y jurídica. En su intervención (minuto 40:52), lanzó la siguiente afirmación: “La única fuente de riqueza de los países son las empresas, los emprendimientos, y estos requieren seguridad física y jurídica”. Además, como forma de complementar su planteamiento, Holguín planteó que “en el mundo el único modelo que ha generado riqueza es el de libertad de mercado”.
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Sin embargo, luego de consultar fuentes documentales y expertos en el tema, RedCheq califica esa afirmación como ‘Discutible’, pues aunque empresas y emprendimientos sí son importantes fuentes de riqueza para los países, no son las únicas. Intentamos comunicarnos con la senadora y su equipo de comunicaciones para preguntar por las fuentes y las razones de dicha declaración, pero hasta el momento de publicación de este artículo no se había obtenido respuesta.
La relación entre lo público y lo privado
Desde el siglo XVIII, uno de los padres de la ciencia económica y de la doctrina del liberalismo económico, el escocés Adam Smith, hablaba del libre mercado como aquel que maximiza el bienestar general, y por la misma época, el economista francés Vincent de Gournay, pronunció la famosa frase “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui mệme”, que traduce “Dejen hacer y dejen pasar, el mundo va solo”; cuyo sentido se redujo con el tiempo a la popular expresión laissez faire. Este “dejen hacer” se refería a reducir la intervención del Estado en la economía a su mínima expresión permitiendo que el mercado se autorregulara.
RedCheq habló con la profesora Inés María Ulloa, magister en Economía de la Universidad de Mannheim en Alemania y Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Valle, quien sobre la declaración de la senadora Holguín manifestó: “De alguna forma está contemplada (la declaración) como una subvaloración del Estado y de eso no se trata. El Estado es central en la economía, es central su regulación, es central en una economía de mercado. Es como si el Estado no aportara a la riqueza de un país. Un Estado con buenas instituciones, con buenas reglas de juego, con normatividad y justicia, con educación, sí contribuye de manera importante a la generación de riqueza”.
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Mientras la senadora del Centro Democrácito le atribuye al Estado un papel meramente garante de la seguridad física y jurídica de las empresas, la profesora Ulloa lo pone en un lugar más preponderante en una ecuación en que tanto lo público como lo privado contribuyen a la generación de riqueza desde sus propios campos de acción. Hay que tener en cuenta también los aportes de las empresas públicas al PIB, que si bien no son lo suficientemente cuantiosos frente a lo que aporta la empresa privada, también deben considerarse dentro de las cuentas nacionales. Según Minhacienda, el Estado tiene en empresas estatales un patrimonio de 90.5 billones de pesos que corresponde al 7.7 % del PIB del país.
Ulloa complementa diciendo que la senadora Holguín olvida, además, que los trabajadores también generan valor con su trabajo. “Es una afirmación exagerada”, puntualiza, refiriéndose a la idea de que los únicos generadores de riqueza son las empresas y los emprendimientos.
De hecho, en el artículo titulado ‘Quién crea realmente valor en una economía’, la economista ítalo americana Mariana Mazzucato, directora del Instituto para Innovación y Propósito Público del University College London y merecedora de múltiples premios en economía, advierte que “una inversión estratégica activa por parte del sector público es esencial para el crecimiento. Por eso todas las revoluciones tecnológicas (ya sea en medicina, informática o energía) fueron posibles gracias a la actuación del Estado como inversor de primera instancia”. Más adelante Mazzucato plantea que es un error seguir “idealizando a los actores privados en las industrias innovadoras e ignorando su dependencia de los productos de la inversión pública”.
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Mazzucato también advierte sobre la necesidad de “reconocer que el valor es una creación colectiva en la que participan empresas, trabajadores, instituciones públicas estratégicas y organizaciones de la sociedad civil”. Según ella, de la interacción entre estos diversos actores “depende no solamente el ritmo del crecimiento económico, sino también que este sea innovador, inclusivo y sostenible”.
Más allá de empresas y emprendimientos
De acuerdo con el informe Mujeres y hombres: brechas de género, publicado en 2020 por ONU Mujeres, el DANE y la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, el valor económico del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (TDCNR), mayoritariamente realizado por mujeres, asciende a 186.000 millones de pesos. De hecho, el valor económico de estas labores incluso supera el valor agregado bruto de algunos sectores fundamentales de la economía colombiana, como la industria manufacturera o el comercio.
Por otra parte, RedCheq consultó a David Gómez, politólogo y coordinador de Análisis, Identificación y Monitoreo de Propacífico –organización que articula actores del sector público y privado para impulsar proyectos de alto impacto que contribuyen al desarrollo integral y sostenible de la región Pacífico colombiana. Gómez también precisó que hay otras formas de hacer riqueza que no necesariamente atraviesan las empresas y los emprendimientos, como son el conocimiento, que va muy en la línea de la nueva visión que se tiene sobre la producción de valor, así como la asociatividad, que también genera valor y riqueza.
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Ahora bien, el experto resaltó que “realmente las economías grandes han usado muchas formas y combinaciones que se mueven entre el libre mercado y el proteccionismo”. Además, precisó que hay diferentes enfoques: “En los clásicos el valor se genera por el capital. Las empresas y los privados tienen capital, sea tierra, maquinaria o mercancía, por poner un ejemplo y con eso generan valor. Hay otra visión que es la marxista en la que el valor se genera por el trabajo, que usa y transforma los medios de capital. Y hay unas actuales que pueden moverse entre las clásicas y las marxistas que tienen que ver con el conocimiento, que se puede entender como el trabajo acumulado y la experiencia, más la investigación que se aplica”.
En ese sentido, Gómez concluye que hay organizaciones que no están constituidas como empresas o como emprendimientos, pero que sí pueden generar valor o riqueza, como las cooperativas. Por ejemplo, dos personas que pueden asociarse para obtener beneficio mutuo en un negocio o para beneficiar a una comunidad.
Finalmente, según una extensa investigación del Banco Mundial en 2021, la economía informal aporta la tercera parte del PIB y el 70 % del empleo en los países emergentes. En Colombia, según un informe publicado el 11 de agosto de 2022 por el DANE, el empleo informal se ubica en el 58 %. Es decir, los empleos generados por las ocupaciones informales, no organizadas en empresas regulares, ocupan más de la mitad de la población empleada del país y así mismo aportan a la economía. Según la revista Portafolio, en 2018, la economía informal aportaba unos 294 billones de pesos al PIB, es decir, un 35.1 % del total nacional.