Recientes enfrentamientos entre la Guardia Campesina y la Fuerza Pública en San Vicente del Caguán, Caquetá, han generado una ola de reacciones y desinformaciones sobre los actores involucrados en el conflicto. En este explicador de Redcheq, le contamos las distintas guardias que operan en el país y el abecé para entender su visión.
Tras los hechos acontecidos en la inspección Los Pozos de San Vicente del Caguán en los que campesinos de la zona tomaron, a manera de protesta, la sede de la petrolera Emerald Energy, el término de guardia campesina empezó a ser citado por los medios de comunicación. Sin embargo, en redes sociales algunos comentarios sobre el supuesto liderazgo de “indígenas” produjeron confusión sobre cuál guardia lideraba la toma.
En realidad fue la guardia de los campesinos del Caquetá, Guaviare y Meta [4] la que ganó notoriedad este mes por el conflicto con la petrolera china Emerald Energy que escaló hasta dejar más de 70 policías y 6 trabajadores de la de la mencionada entidad, retenidos durante casi 36 horas.
Además, la confrontación dejó un campesino y un policía muertos y daños millonarios a la infraestructura de la petrolera [5].
La manifestación social campesina inició hace más de 40 días en San Vicente del Caguán cuando la guardia campesina del Caquetá tomó las instalaciones de Emerald Energy, una filial de la multinacional china Sinochem.
Las comunidades exigían que la empresa cumpliera con una serie de compromisos que incluyen la pavimentación de 42 kilómetros de vías y obras de infraestructura [6] , pero también protestaban por incumplimientos de promesas hechas por el gobierno de Iván Duque en 2018 y responsabilizaba a la Emerald Energy por el daño de las vías con sus vehículos. La carretera es vital para transportar los productos producidos por el campesinado de la región.
El conflicto tiene como antecedente choques de vieja data debido a los estudios que Emerald Energy presentó en 2017, ignorando el proceso de consulta previa con las comunidades, para hacerse con la exploración del Bloque El Nogal -lugar donde aconteció la toma campesina- [6]. Incluso, El País (España), reseñó en 2018 cómo Emerald Energy violaba el derecho a la consulta previa con las 5 comunidades indígenas que habitan en la zona [7] .
Ante estos hechos, en redes sociales algunas personas difundieron desinformación, al confundir con indígenas a los campesinos protagonistas de la toma en Los Pozos.
El periodista Gustavo Rugeles -a quien varias veces hemos verificado en Colombiacheck (1, 2 , 3 y 4))- afirmó en Twitter que indígenas habían asesinado a dos policías; incluso la senadora María Fernanda Cabal afirmó que indígenas eran quienes habían asesinado al patrullero en el marco de la movilización social contra la Emerald Energy en Caquetá.
Al final, como detallaremos más adelante, no hubo dos miembros del Esmad asesinados sino uno y quienes lideraban las manifestaciones no eran indígenas sino miembros de la guardía campesina con quienes el gobierno negoció la liberación de los retenidos.
Así que por estas razones decidimos hacer este explicador para dar claridad sobre cuáles son las “guardias” que existen en el país, cuál es su marco regulatorio y si las entidades de orden campesino pueden organizarse como lo han hecho indígenas y cimarrones en varios territorios del país para ser cuidadores de la vida y la seguridad.
Encontramos, de entrada que si bien las guardias indígenas y cimarronas tienen un marco de actuación respaldado en la Constitución y las leyes, no es el caso de las guardias campesinas, que aún esperan por una legislación que les otorgue la legitimidad que necesitan, aunque en la ley de las Zonas de reserva campesina existe el primer antecedente para estas organizaciones.
En Redcheq hablamos con Jerónimo Sudarksy, investigador del conflicto armado, quien nos explicó que “la experiencia de las guardias indígenas Nasa es un poco el modelo de éxito que pretenden replicar estas otras guardias, pero esto no es tan fácil… Estas guardias se basan en que los indígenas tienen cierta jurisdicción sobre sus territorios en donde no se compite el control territorial con el Estado. Esto no aplica para los territorios donde existirían las guardias campesinas. Ya vimos lo que pasó en Meta cuando estas guardias informales detuvieron a 30 soldados hace más de un mes”.
El investigador plantea que las guardias indígenas son más una excepción que un modelo replicable. Sudarsky piensa que es importante vincular y organizar a las comunidades para que puedan ejercer mecanismos de protección colectiva; pero, no necesariamente tiene que ser el modelo de guardias porque este es casi imposible de replicar. Los Nasas lo hacen desde los 70; sin embargo, otros grupos indígenas lo han intentado y terminan violentados por los grupos armados que los ven como competencia por control territorial. El verdadero riesgo es que estas guardias serían objeto militar de los grupos armados que los masacrarían o cooptarían. Y, “al final del día, es el estado el que debería garantizar la seguridad de la población”.
Así son las distintas guardias que existen en Colombia
En Colombia existen varias guardias cívicas o comunitarias que agrupan sectores de la sociedad rural y tienen objetivos como la defensa de los territorios, la interlocución con los actores gubernamentales y la defensa de la vida. Destacan por su participación en manifestaciones sociales la guardia indígena [1 ], la guardia cimarrona [2] y las guardias campesinas [3].
La guardia indígena tiene su origen mismo en la Constitución Política de Colombia, Artículo 246, en el que se dictamina que “las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a la Constitución y leyes de la República. La ley establecerá las formas de coordinación de esta jurisdicción especial con el sistema judicial nacional”. También, con base en la Ley 89 de 1890, el ejercicio del Derecho Propio y los artículos 7 y 330 de la Constitución Nacional.
Así mismo, las guardias cimarronas nacen como expresión del reconocimiento que otorgó la Ley 70 de 1993 a las comunidades negras raizales del país. A pesar de que esta ley no menciona aspectos jurisdiccionales de justicia dentro de su territorio, existen guardias como la de San Basilio de Palenque que tienen una guardia cimarrona como mecanismo de autocuidado y protección de la ancestralidad, para defensa del territorio, con el fin de mantener la autonomía en los Consejos Comunitarios del pueblo Afrocolombiano.
Se basa en el diálogo y como su protección es ancestral, su autoridad es legitimada por la comunidad. Por otra parte, el Acto Legislativo 001 de 2017, Parágrafo 1, reconoce que el “sistema Integral deberá tener en cuenta la participación equitativa entre hombres y mujeres con respeto a la diversidad étnica y cultural”.
Existe, para el caso de los campesinos, un antecedente jurídico que es la creación de las zonas de reserva campesina con base en la Ley 1152 del 2007, que promueve el uso y manejo del territorio rural que será objeto de ocupación, tenencia, posesión y propiedad para fines de producción con cultivos de pancoger y productos básicos, de acuerdo con la reglamentación que para ese fin se expida por parte del Gobierno Nacional.
Sin embargo, esta ley no menciona la posibilidad de derecho propio, ni la posibilidad de ejercer funciones jurisdiccionales de justicia dentro de su ámbito territorial. Pese a esto existen modelos de guardias campesinas exitosos como el de Asociación Campesina del Catatumbo (ASCAMCAT). En esta legislatura, el senador Julián Gallo hizo la ponencia del Proyecto 52 del 2022 para dotarlas de un marco jurídico de actuación.
Las guardias campesinas en Colombia
En Colombia existen diversas asociaciones campesinas que defienden los intereses de las comunidades. Dejusticia explica que se trata de un mecanismo de autoprotección y una apuesta comunitaria no violenta y no armada, que acompaña a las expresiones sociales y políticas campesinas en escenarios de reclamo de derechos, diálogo y concertación” (8).
Según el investigador José Manuel Alba Maldonado, de la universidad Francisco de Paula Santander, la Asociación Campesina del Catatumbo (ASCAMCAT) creó la primera guardia campesina del Catatumbo en el 2014. La guardia se convirtió en un referente nacional e internacional de protección [9] de comunidades campesinas en una zona con múltiples actores estigmatizantes y violentos.
Por otra parte, en el norte del Cauca también existe una guardia campesina que busca, entre otras cosas, defender la tierra, el agua, el subsuelo, los bosques y los páramos y, adicionalmente, para continuar con la búsqueda de una igualdad jurídica en términos de derechos colectivos (Ver páginas 52-55). Forman diversas guardias en el Cauca, la Asociación de Trabajadores de la Zona de Reserva Campesina de Caloto (Astrazonacal) (Ver Página 55) y, tras el proceso de paz, la guardia campesina de Asocordillera, en Suárez.
Incluso, en esta nueva legislatura hubo una ponencia de radicación de un proyecto de Ley por el senador Julián Gallo, del Partido Comunes, en el que se reglamenta a las guardias campesinas como “mecanismo comunitario de protección permanente a la vida, el ambiente, el territorio y la identidad campesina y se dictan otras disposiciones” (Ver Proyecto 52 del 2022).
Guardia Campesina Ambiental Losada Guayabero ASCAL-G
Ahora, la organización que lidera las manifestaciones contra la petrolera Emerald Energy es la guardia perteneciente a la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero ASCAL-G, una organización creada en 1996 que agrupa a más de 96 juntas de acción comunal y representa a 2029 familias en el alto Caguán [10]. Según International Action for Peace, ASCAL-G ha sido pionera en generar, de la mano de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ZRC), audiencias públicas para la generación de una zona de reserva campesina en la región.
Aunque la agrupación campesina ya había llenado todos los requisitos, tras un proceso que inició en el año 2011, solo hasta el 2022 logró la declaración de ZRC. Si bien, las asociaciones a las que pertenecen las guardias tienen personería jurídica como cualquier otra organización registrada como asociación en las Cámaras de Comercio del país como entidades sin ánimo de lucro amparada en Ley 962 de 2005, las guardias –que no son las mismas asociaciones, sino organismos de defensa que en la práctica no son armados- aún no tienen un marco legal (Ver Proyecto 52 del 2022).
Le preguntamos a Sudarsky si es posible que una guardia campesina -que no goza de los elementos ancestrales de las comunidades indígenas o negras- pueda funcionar y no sea una especie de pequeña república independiente sin el control del Estado: “me quedaría relatar que si hay indicios de que es posible. Uno es ASCAMCAT y cómo han logrado establecerse como ejemplo en una de las regiones más complicadas del país… Diría que debe ser un método que evite la confrontación con grupos armados, que se articule con instituciones como la Cruz Roja o la Defensoría para acompañar estos esfuerzos y alimentar el monitoreo de riesgo, incluso el Sistema de Alertas Tempranas”.
La Guardia Indígena y sus mecanismos de acción
La guardia indígena es una forma de organización ancestral, no violenta, dirigida por las autoridades indígenas y que surgió a raíz del conflicto armado y la falta de presencia del Estado para proteger a la comunidad indígena. Según la Comisión de la Verdad, en el año 2000 la Guardia Indígena del Cauca se visibiliza en los territorios de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), filial del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y se impulsa su fortalecimiento en todos los pueblos indígenas de Colombia.
El congresista Hermes Peté, líder indígena del CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca), nos explicó que: “Para el caso nuestro, como comunidades originarias, está en el marco de la jurisdicción especial indígena, Artículo 246 de la Constitución, y el marco normativo internacional frente a los convenios de la libre autodeterminación como una forma de resistencia a todos los flagelos y ataques a las comunidades… En el país no existe ninguna norma ordinaria; sin embargo, el reconocimiento se da desde el derecho mayor, la ley de origen, el derecho propio y la autonomía de las comunidades, ahí es que se da el ejercicio de los cuidadores del territorio que velan por los derechos de las comunidades”.
A partir de 2001, se crea la Guardia Nacional Indígena como respuesta a la agudización del conflicto armado en sus territorios, la cual, “nace desde una visión humanitaria, de defensa territorial y ambiental. Se conforma de miembros de las comunidades indígenas obedeciendo a sistemas organizativos, de gobierno propio y de orientaciones espirituales”.
De acuerdo con los investigadores Anders Rudqvist y Roland Anrup, nace por la necesidad de preservar la integridad y autonomía del territorio y defender los derechos de los pueblos indígenas, respetar y difundir la cultura y el derecho autóctono. Además, “frente a la guerrilla, la Asociación de Cabildos del Norte de Cauca reconoce que esta ha sido históricamente otra forma de resistencia al Estado y defensora de los derechos de los pueblos indígenas y le demanda respeto a su cultura, costumbres, tierras y territorios”.
El Consejo Indígena Regional del Cauca (CRIC), señala que la Guardía Indígena está compuesta por mujeres, hombres, niños y niñas, y “surge para defenderse de todos los actores que agreden sus pueblos, pero solamente se defienden con su “chonta” o bastón de mando, lo cual le imprime un valor simbólico a la guardia”.
El bastón de mando, que se porta siempre al lado derecho del cuerpo, es símbolo de “autoridad, resistencia y autonomía”. Es “el aliado, cuerpo espiritual, vínculo con la madre tierra, encargado de la defensa del territorio y la legitimación de los derechos de los pueblos indígenas”. No son, en ese sentido, un actor armado.
Fuente: Medialab Universidad Eafit
¿Cuántos guardias indígenas hay en Colombia? De 1.905.617 indígenas que hay en Colombia, 20.000, de 115 comunidades distintas, pertenecen a la Guardía Indígena. Su existencia jurídica se basa en la Ley 89 de 1890, el ejercicio del Derecho Propio y los artículos 7, 246 y 330 de la Constitución Nacional.
Así mismo, el parlamentario Hermes Peté plantea que la guardia indígena cumple una función importante en la protección de los territorios: “La garantía, incluso cuando Uribe fue presidente, para llegar a la María, Piendamó, toda la seguridad estuvo a cargo de la guardia indigena”. Reseña que es quien brinda la seguridad a altos funcionarios cuando visitan el territorio.
La guardia es reconocida por ayudar a liberar secuestrados -caso del alcalde Arquímedes Vitonás y el misionero suizo Florian Arnold-; proteger la vida en medio de enfrentamientos entre grupos armados; prevenir el reclutamiento de niños y niñas en el conflicto, entre otros. Incluso, el 8 de octubre de 2020, la Guardia Indígena del Cauca recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de la ONG irlandesa Front Line Defenders.
La Guardia Cimarrona
El reconocido líder afro del Cauca, Víctor Hugo Moreno, quien actualmente es director de Asuntos para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras, nos explicó que “el único marco jurídico por ahora es el Acto Legislativo 001 de 2017 que recoge todos los acuerdos de paz”… Y que las guardias cimarronas “deben ser comunitarias, adscritas a un Consejo Comunitario, sin armas y aportan a la construcción de paz ayudando a resolver tensiones y conflictos en los territorios de comunidades negras”.
En Las guardias Indígena, Campesina y Cimarrona en el norte del Cauca, la investigadora Alhena Caicedo, de la Universidad de los Andes, explica que “comunidades negras del Norte del Cauca tienen estrategias similares de protección territorial no violenta articuladas en torno a la garantía de los principios de autonomía étnica y la consolidación de la justicia propia”.
La investigadora plantea que a pesar de la enorme capacidad organizativa y de movilización que ha demostrado la gente negra en en el norte del Cauca, estos consejos comunitarios no tienen aún títulos colectivos legalmente reconocidos. El nombre de la Guardia Cimarrona solo surgió en 2013 a pesar de que las organizaciones negras ya tenía mecanismos de defensa del territorio, por ejemplo, “en la época de auge del paramilitarismo, personas de las comunidades negras se organizaban para rescatar miembros de sus comunidades que fueron secuestrados” (Ver página 40).
También existen guardias cimarronas como la de San Basilio de Palenque en la que la forma predominante de organización es el compadrazgo desde niños, aspecto que fomenta lazos organizativos que los convierte en una justicia esencial que se diferencia de la justicia ordinaria porque convive en el día a día en la comunidad y conoce su rutina, todas sus necesidades y particularidades. Su protección es ancestral y por ello su autoridad es legitimada por la comunidad” [12].