En redes sociales señalaron que el proyecto se canceló por la “clausula Petro” pero en Redcheq le explicamos las razones de cancelación de la ejecución del megaproyecto, retrasado tres años.
Tras la cancelación del proyecto Arena del Río, en Barranquilla, concebido como un distrito de entretenimiento, turismo, deporte y generación de contenido a gran escala para América Latina y el Caribe, en redes sociales empezaron a difundir mensajes que culpaban al actual presidente, Gustavo Petro, y a la supuesta “cláusula Petro” en los contratos, de la cancelación del desarrollo urbanístico, sin embargo, la empresa promotora señaló que lo hizo por otras razones.
El 2 de mayo un usuario en Twitter divulgó un trino en el que aseguró: “Este proyecto tenía una cláusula ‘Petro’. Para los que creían que era mentira que la mayoría de los grandes proyectos inmobiliarios se suspenderían o retirarían. ¡Bravo Petro!”. La publicación está acompañada de una nota del periodico el Heraldo titulada: “Por coyuntura económica, Arena del Río no se podrá ejecutar”.
El trino, publicado por una persona que se identifica como Gabriel Olier Delizza, quien se identifica como ingeniero, ha sido visto en 117.700 ocasiones, cuenta con 661 retweets, 39 citas y ha tenido 1,432 “me gusta”.
Otros usuarios en Twitter (1, 2, 3, 4, 5) y en Facebook (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7) publicaron mensajes similares:
Ante el alcance de las afirmaciones en redes sociales, en Redcheq decidimos hacerle seguimiento a esa información y hallamos que el proyecto desde sus inicios había tenido retrasos ocasionados por la pandemia que terminaron afectando las fases previas a la consecución de la licencia de construcción.
Esto, debido al cambio de la ubicación inicial del proyecto, por no estar en armonía con el Plan de Ordenamiento Territoria distrital, POT, y además por los efectos de las recientes transiciones de la economía global y nacional.
La cláusula Petro
Previo a las elecciones en enero del 2022 el abogado Ramiro Bejarano publicó en el periodico El Espectador, una columna llamada la 'cláusula de Petro', una expresión que empezó a circular desde el 2018, cuando el entonces aspirante Petro pasó en segunda vuelta como candidato a la Presidencia de la República.
En dicha columna el abogado afirmó: "se ha puesto en marcha la estrategia sucia de incluir una estipulación en los grandes contratos que se vienen suscribiendo, por medio de la cual las partes, dizque en ejercicio de la autonomía de la voluntad, pactan que el contrato sólo empezaría a ejecutarse si Petro resulta vencido en las elecciones presidenciales, o que se deje sin efectos si llegare a convertirse en presidente (...)”.
Bejarano agregó que la ‘cláusula Petro’ “se puede incluir en contratos de compraventas de casas, apartamentos y carros. El propósito de esta estipulación contractual es que el vendedor del inmueble pueda volver a tenerlo ante una supuesta crisis económica tras un triunfo electoral de Gustavo Petro”.
Edgar Iván León, abogado especialista en derecho comercial y profesor de la Universidad Sergio Arboleda, se refirió a esta presunta cláusula de la que Bejarano, valga la aclaración, comentó que se estaría presentando en el sector empresarial con proyectos de inversión extranjera, el experto explica que, en el marco del derecho privado, están permitidas este tipo de cláusulas, las cuales son condiciones frente a posibles hechos futuros. En este caso, la elección de un político como Petro.
Por su parte, el abogado especialista en derecho administrativo Karim Alfonso Hayek, señaló que en los contratos de derecho privado se predica la autonomía de la voluntad de las partes, lo cual permite que se pacten condiciones o plazos, además de otras estipulaciones siempre y cuando no sean contrarias a la constitución, la ley y las buenas costumbres, además agregó que, “un contratante en procura de defender sus intereses patrimoniales y previendo unos posibles cambios en las condiciones de tiempo, modo y lugar en que se va a ejecutar el contrato, puede pactar cláusulas para liberarse de las obligaciones del negocio, pues diferente sería un contrato de derecho público, el cual se caracteriza por la imparcialidad y el interés público, que en este caso sí se podría ver vulnerado por cláusulas contrarias a los postulados de un Estado democrático”.
En todo caso, manifestó Hayek, el contenido de la cláusula varía según el contrato, sus alcances e intención con los contratantes y puede desarrollarse en total autonomía por parte de los proponentes del proyecto.
Un distrito de entretenimiento multipropósito
El 10 de noviembre de 2020 fue presentada en Barranquilla ante autoridades del gobierno nacional, inversionistas, gremio hotelero y periodistas el proyecto de infraestructura multipropósito Arena del Río, un proyecto de inversión privada del orden de los 450 millones de dólares, liderado por la empresa especialista en infraestructura deportiva TwoWay Stadiums. Además, era gerenciado por Aecom, una compañía de diseño de infraestructura inteligente, con la participación del operador UMusic Hotels de Universal Music y Dakia Uventures.
Arena del Río sería un distrito de entretenimiento, turismo, deporte y generación de contenido a gran escala para América Latina y el Caribe, así lo afirmó su directora general, la economista Tatyana Orozco, en un video promocional en el que detalla las características del proyecto.
Uno de los accionistas del proyecto, el ex-beisbolista Édgar Rentería, había asegurado que inicialmente el país pensado para su desarrollo fue México, pero la decisión cambió al conocerse que la capital del Atlántico contaba con las condiciones para el desarrollo del mismo.
Lanzamiento del proyecto Arena del Río
Según Andres Felipe Rodriguez, fundador de Two Way Stadiums, uno de los promotores de ese proyecto, el complejo multifuncional contaría con una estructura techada, un hotel cinco estrellas, un centro comercial, un megaproyecto de vivienda con más de 100 apartamentos de lujo, 350 palcos en su estadio, un museo deportivo, club de negocios e incluso estudios de música y de TV.
Video promocional del megaproyecto
Además Shain Shapiro representante de la firma consultora internacional Sound Diplomacy, quienes hacen investigación para impulsar el crecimiento económico y social, de las ciudades, dijo que este proyecto la ciudad aumentaría en 1,4 millones de nuevos visitantes anuales por motivo del proyecto y que ello, generaría alrededor de 97 millones de dólares en gastos a los turistas en la ciudad. Se invertirían 407 millones de dólares e incluso afirmó que el impacto turístico traería a la ciudad unas ganancias proporcionales a “como hacer 3,5 carnavales al año”.
Según Shapiro, en la construcción del Arena del Río, se calculaba la oportunidad de 17.460 nuevos empleos entre directos e indirectos hasta enero de 2026, este lugar ofrecería una oportunidad laboral para 3.179 personas, algo apenas esperable a uno de los centros de entretenimiento más completos y techados en América Latina, con capacidad de hasta 53.000 espectadores.
Durante la presentación del estudio de impacto socioeconómico del proyecto hecho el 25 de abril de 2022 por la compañía canadiense Sound Diplomacy, en asocio con Fundesarrollo, afirmó que el proyecto estimularía la creación de 17.460 empleos (directos e indirectos) y generaría un valor agregado de 2,68 billones de pesos entre 2022 y 2026.
El proyecto permitiría, según Shapiro, el nacimiento de 11.568 puestos de trabajo que ofrecieran un valor agregado en la economía local de 1,59 billones de pesos, durante su fase de operación, ellos estimaron que se estimularían alrededor de 3.179 puestos de trabajo anuales (directos e indirectos) y generaría un valor agregado total aproximado de 814.000 millones de pesos anuales.
Según el estudio Arena del Río permitiría atraer alrededor de 1,4 millones más de turistas al año. El gasto de estas personas inyectará 368.000 millones de pesos anuales a la economía de la ciudad, estimulando un crecimiento del valor agregado en 160.000 millones de pesos.
Ese estudio nació del interés del proyecto por identificar fortalezas, oportunidades, retos y beneficios con su desarrollo, incluyendo los indicadores de impacto presentes en el PIB y las proyecciones de turismo y empleo.
Los cambios de ubicación y los nuevos tiempos del megaproyecto
Durante el lanzamiento del proyecto en noviembre del 2020, el presidente Iván Duque afirmó que la obra iniciaría en marzo de 2021 y su desarrollo solo tomaría tres años y este contaría con una ubicación privilegiada cercana al río Magdalena, en un predio de 31 hectáreas para una estructura de 336.934 metros, sin embargo a pesar de que el proyecto estaba inicialmente pensado para desarrollarse a pocos metros de la Escuela Naval de Suboficiales, el proyecto fue reubicado al lote cerca del sector gastronómico Caimán del Río y los centros de eventos del Malecón, cercano a la Avenida del Río y la Vía 40, corredor de la zona industrial y empresarial, una decisión que transformó totalmente los tiempos de desarrollo del proyecto.
La razón por la cual se dio ese cambio fue que en los terrenos originales, el POT, Plan de Ordenamiento Territorial, no se contemplaba la construcción de un escenario de esas características, así lo detalló la presidente de la obra, Tatyana Orozco, al medio digital Zona Cero.
Otro de los aspectos que cambió totalmente el curso del proyecto fueron los tiempos de ventas de los palcos del proyecto, los cuales fueron comercializados hasta el 29 de abril de 2021, para ese momento su gerente Tatyana Orozco le dijo al periodico económico Portafolio que el 70% de los palcos del megaproyecto habían sido vendidos, luego de ello el primero de mayo de 2021 la directora le afirmó al periodico el Heraldo que iniciaban ventas de apartamentos y que muy posiblemente el proyecto empezaría a ser construido antes de finalizar el año 2021.
Sin embargo, en octubre de ese año el proyecto fue reubicado, para luego adelantar esfuerzos para terminar el plan parcial para la obtención de las licencias de construcción, pero aún en noviembre de 2021 no iniciaba su fase de construcción, para ese momento el presidente de la junta directiva de Camacol Atlántico y CEO de A.S. Construcciones, Jorge Segebre, le dijo a Edgar Rentería en medios (1, 2) que como gremio deseaban invertir recursos financieros para sacar el proyecto adelante, que para ese momento no iniciaban construcción.
El 10 de marzo del 2022, David Ladino, el experto consultor del plan parcial y el estudio de movilidad, previo a la consecución de la licencia de construcción dijo que este hecho ocurriría al final del primer trimestre del 2022, a ello se sumó la gerente del proyecto quien le dijo a El Heraldo que estaban trabajando en un nuevo diseño urbanístico de la zona para presentar el plan parcial, lograr la licencia de construcción y poder dar inicio a las obras durante el segundo semestre del 2022.
Sin embargo, para el 25 de agosto de 2022 dicho plan aún estaba en construcción para su posterior presentación, tal como lo aseguró la secretaria de Planeación Distrital, Diana Mantilla, lo que quiere decir que los tiempos en el desarrollo del proyecto se extendieron, al punto que aún en febrero de 2023 se continuaban promocionando la venta de estos apartamentos, ya que según declaraciones de su presidenta Orozco éste sería entregado aproximadamente en enero de 2026.
La cancelación del proyecto con carta a la opinión pública
El 2 de mayo la junta de accionistas privados de Arena de Río decidió unánimemente suspender el desarrollo del proyecto, afirmando en comunicado oficial, que en la actualidad las condiciones del mercado económico nacional e internacional impidieron el desarrollo de un proyecto de infraestructura tan ambicioso como este.
En el comunicado, los socios se refirieron a la cancelación del proyecto así: “Nos enfrentamos a la coyuntura inversionista con las altas tasas de interés, la devaluación del peso colombiano y el aumento de la inflación que, en conjunto, afectaron nuestro cierre financiero. Bajo estas circunstancias, el proyecto hoy no se podrá ejecutar”.
Los líderes de la la firma Two Way Stadiums Inc, Peter Gianulis y Édgar Rentería, señalaron no poder cumplir con las etapas necesarias del proyecto en el actual contexto, pero no con ello descartaron que el proyecto pueda ser retomado en el futuro. El comunicado también señala que la fiduciaria Bancolombia estará haciendo la devolución del dinero a 550 clientes que invirtieron en apartamentos y palcos que hacían parte del proyecto.
En este sentido, también agregaron que Gianulis, socio del proyecto y quien que cuenta con experiencia de 25 años en el sector financiero, incluidos nueve años en el banco de inversión Salomon Brothers en Nueva York, es el encargado del cierre del proyecto y supervisará la devolución del dinero, los contratos de promesas de compraventa no se ejecutarán. Para ello, van a proceder a cerrar, como corresponde, cumpliendo con las obligaciones.
Sin embargo, Manuel Moreno Slagter, el decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Universidad del Norte, expresó que la especulación alrededor de un escenario de esa naturaleza evidentemente tuvo un efecto inesperado en el desarrollo y la ejecución de este megaproyecto, el arquitecto aseguró que las expectativas en relación con un proyecto de esta magnitud condicionaron a la ciudad a reevaluar la oferta integral que debería ser consecuente con el tamaño de ese escenario multipropósitos y que los esfuerzos deberían adelantarse tanto en términos financieros, como en el volumen de oferta de entretenimiento.
Slagter le dijo al Espectador que las “expectativas de un escenario de esa naturaleza en una ciudad como Barranquilla y la agenda de eventos que tendría que ofrecerse”, sobrepasan las posibilidades propuestas.
Ahora, en relación al aspecto del desarrollo de la infraestructura, los efectos de la economía global y nacional, el arquitecto afirmó: “el sector inmobiliario está en una fase de desaceleración, una condición que podría anticiparse después de varios años de crecimiento sostenido. Por lo tanto, era de esperarse que algunos proyectos se afectarían, como sucedió con el Caso de Arena del Río”.
El proyecto de Arena del Río fue firmado en 2020, luego de múltiples retrasos en relación a su nueva sede y la consecución de su licencia de construcción, el proyecto además fue también afectado por los efectos de la pandemia en términos del incremento del costo de los aranceles, materiales de construcción y la devaluación de la moneda local y de la economía mundial, todos ellos fueron indicadores que cambiaron los planes de los promotores de este megaproyecto, muy a pesar de que habían logrado vender la apuesta como un escenario multipropósito de beneficio para la ciudad.
Con lo anterior en Redcheq concluimos que la cancelación del megaproyecto se dio por múltiples indicadores, los primeros fueron de índole legal en relación a la consecución de la licencia de construcción, un pre-requisito para iniciar a ejecutar el proyecto en términos de infraestructura, situación que se presentó luego de cambiar el área de la zona para la construcción del proyecto, por no estar acorde al POT distrital, lo que evidentemente incremento los retrasos en los tiempos del desarrollo del proyecto.
La otra razón, se asocia a lo inviable del proyecto en términos económicos, en el actual escenario financiero, ya que según ellos mismos mencionaron en su comunicado, los efectos de la pandemia, la inflación, la desaceleración de la economía global y sus repercusiones en la economía nacional en particular en el peso colombiano terminaron por ponerle un freno a este megaproyecto.
En Redcheq consultamos al área de comunicaciones de Arena del río y nos confirmaron que el proyecto fue cancelado únicamente por las razones expresadas en el comunicado, en ningún momento señalaron la existencia de una cláusula Petro o de condiciones relacionadas con su elección como presidente.