Este proyecto promueve la educación integral en sexualidad en los colegios del país, pero ha generado fuertes críticas. Verificamos los principales mitos al respecto.
Tras el primer debate del proyecto de Ley 229 de 2021 en la plenaria de la Cámara de Representantes se generó una avalancha de reacciones y críticas en redes sociales. De hecho, el hashtag #ConMisHijosNoTeMetas, promovido por los opositores de esta iniciativa legislativa, alcanzó a ser tendencia en redes sociales.
En RedCheq contactamos al congresista Alejandro García, ponente del proyecto, quien explicó que la ley nace ante la necesidad de actualizar la educación sexual en el país: “desde la ley 115 de 1994, que ya prevé una obligatoriedad de la Educación Sexual, han pasado casi 30 años y la movilización social ha llevado a una reflexión que va más allá de la genitalidad y el concepto biológico como se ha querido concebir la sexualidad hasta el momento. Esta iniciativa, desde la evidencia científica y los lineamientos de organismos internacionales como la UNFPA, quiere superar ese modelo enfocado netamente en lo sexual y actualizar el concepto de Educación Integral en Sexualidad (EIS) para abordar el tema también desde lo afectivo, la creación de relaciones interpersonales sanas y respetuosas, la comunicación, las habilidades socioemocionales y el contexto social. El fortalecimiento de dichos aspectos contribuye al bienestar físico, psicológico, emocional y social”.
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También consultamos a Nicolás Giraldo, coordinador de Cambio Legal y Político de Profamilia, una organización que promueve el respeto y el ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos en Colombia. Giraldo aseguró que es importante aprobar el proyecto de ley porque “va a permitir implementar efectivamente la educación integral en sexualidad en todos los colegios públicos y privados del país. Establece medidas concretas y específicas para que el Ministerio de Educación, en su calidad de órgano rector del sistema educativo, impulse el acompañamiento a los colegios para la implementación de los planes de educación en sexualidad con el respeto del principio de autonomía escolar. Es decir que el proyecto no crearía una nueva cátedra, sino que brinda herramientas para que los colegios implementen sus proyectos pedagógicos en sexualidad”.
Sin embargo, en redes sociales se han difundido fuertes críticas al respecto. Por ejemplo, en el marco de la discusión del proyecto en el Congreso, el congresista conservador Luis Miguel López Aristizábal trinó lo siguiente: “Hoy se discutirá en #PlenariaCámara proyecto que pretende imponer una visión ideologizada de la sexualidad con temas que incluyen: pornografía, aborto, ideología de género para hipersexualizar a nuestros niños. Acompáñennos en oración y participando con el HT #ConMisHijosNoTeMetas”. El congresista Miguel Polo Polo también afirmó: “Enfrentamos en Plenaria de Cámara de Representantes, el perverso proyecto de ley que pretende hipersexualizar a los niños en el país. Promoviendo una supuesta "educación sexual", en donde lo que quieren enseñar es a masturbarse, tener sexo a temprana edad y promover el aborto”.
¿El proyecto se basa en la ‘ideología de género’?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que desde hace más de 28 años es obligatoria la educación sexual en Colombia. Así lo dispuso el Ministerio de Educación Nacional mediante resolución 3353 de 1993 que determinó la obligatoriedad de desarrollar programas institucionales de Educación Sexual en educación básica (Ver artículo 1). Además, la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994, elevó como ley de enseñanza obligatoria “la educación sexual, impartida en cada caso de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad” (Ver Artículo 14, literal e).
Ahora bien, muchos críticos de esta iniciativa legislativa argumentan que promueve la ‘ideología de género’ para sexualizar a los menores de edad y destruir el concepto de familia tradicional. Al respecto, RedCheq constató que en la última ponencia de la Ley 229 el término “género” solo aparece explícito en los artículos 3 y 8 con un enfoque de prevención de “la violencia de género”.
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El Artículo 3, inciso f, promueve una vida libre de violencias y/o abusos mediante la identificación y rechazo de la violencia sexual y las violencias basadas en género. Además, el inciso g, plantea el fortalecimiento de las instituciones educativas como entornos protectores contra estos flagelos. Por otro lado, el Artículo 8 propone el reconocimiento de los principios de igualdad y no discriminación y la identificación de toda manifestación de violencia y/o abuso y el conocimiento en las rutas de atención a víctimas de violencia sexual y de género (Ver documento completo).
Es decir que la ley sí tiene un enfoque de género, pero un concepto muy distinto es el de “ideología de género”, acuñado por el Arzobispo Oscar Alzamora Revoredo en Ideología de género: sus peligros y alcances*, como una “la ideología feminista” para “liberarse”; y una amenaza para la noción católica de “familia” en la que la heterosexualidad, lejos de ser obligatoria, no es más que una práctica sexual más.
Manuel Alejandro Rodríguez, investigador de la Universidad Javeriana, reseña en La ideología de género como exceso: Pánico moral y decisión ética en la política colombiana cómo en el 2016 se generó pánico moral cuando, en redes sociales, circularon imágenes del cómic erótico In Bed With David & Jonathan, de Tom Bouden, que mostraban a dos hombres en disposición erótica sugiriendo que se trataba de una nueva cartilla pedagógica elaborada por el Ministerio de Educación. Los líderes religiosos y conservadores denunciaron un complot del movimiento LGBTI, Naciones Unidas, Ministerio de Educación y Corte Constitucional para imponer la homosexualidad a los niños y niñas del país y formarlos en la ideología de género.
¿Promueve el aborto, la masturbación y la pornografía?
RedCheq no encontró ningún artículo con los términos “aborto”, “masturbación” o “pornografía” ni en última ponencia del proyecto (noviembre del 2022), ni en la anterior (septiembre del 2022). De hecho, esta premisa desconoce que, por el contrario, el proyecto en su Artículo 8 promueve la formación de profesionales de la educación y la salud en la materia: “las Facultades de Educación y de salud, sin perjuicio del principio de autonomía universitaria, podrán promover y fortalecer dentro del pensum de formación de todas las licenciaturas y áreas de la salud, la preparación de los futuros educadores y profesionales de la salud en conocimientos útiles y pertinentes en relación con educación para la sexualidad sana y responsable”.
Este aspecto es fundamental, como lo plantea Isaac Morales, de la Fundación Paz y Reconciliación, quien le explicó a RedCheq: “Creo que es importante que iniciativas como la de una educación sexual integral arranque precisamente por la formación de formadores, es decir, de pedagogos, profesores y licenciados, para que se pueda dar una réplica de esa información en los contextos de educación en los distintos niveles escolares en el país… Esto implica, en parte, ciertos elementos relacionados con la prevención y un tema particular que tiene que ver con la prevención de embarazos en niñas y adolescentes”.
Desinformación sobre la educación sexual
Otra desinformación frecuente es que la educación sexual promueve las prácticas y/o actividades sexuales. Por el contrario, el estudio ‘Educación sexual de mujeres colombianas en la juventud: un análisis desde el enfoque basado en derechos humanos’, realizado por investigadores de la Universidad de los Andes y la Universidad del Rosario, concluyó que “las mujeres que informan mayor número de fuentes de educación sexual en el contexto escolar tienen más probabilidad de no haber iniciado actividad sexual vaginal o no tener pareja” (Ver página 18).
Los críticos del proyecto también argumentan que este limita el derecho de los padres de educar a sus hijos. Sin embargo, la última versión del proyecto de ley 229 del 2021 propone en su artículo 9, inciso “b): Promover la comprensión y el acompañamiento de las familias y/o responsables en el proceso de desarrollo del niño, niña y adolescente, ayudándolos en la formación de su sexualidad y preparándolos para entablar relaciones interpersonales respetuosas y armoniosas”.
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Nicolás Giraldo, coordinador de Cambio Legal y Político de Profamilia, le explicó a RedCheq que en Colombia el 69% de las víctimas de violencia sexual lo son dentro de sus propios hogares: “muchas de las víctimas nunca recibieron la información sobre educación sexual. Eso quiere decir que la Educación Integral en Sexualidad es una herramienta para la identificación de violencia”. El experto afirma que la educación integral en sexualidad permite “ser consciente de cuáles situaciones no puedo permitir y prevenir o generar las acciones o las denuncias antes de que puedan suceder vulneraciones a derechos más graves”.
Las preocupantes cifras sobre educación sexual
El Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana publicó este año las cifras del Índice Welbin, una herramienta que permite evaluar el nivel en que las instituciones educativas cumplen los estándares de promoción de la salud y el bienestar para sus comunidades educativas (2). Los resultados, tras encuestar 1.373 colegios de todo el país, son alarmantes: en los últimos dos años, el 69% de los colegios no capacitó a sus docentes en educación para la sexualidad humana, derechos sexuales y reproductivos; el 73% de los colegios no capacitó a sus docentes en educación para la prevención del embarazo; el 33% no había desarrollado o actualizado los contenidos relacionados con educación integral en sexualidad en los últimos dos años y el 87% de los colegios tampoco había capacitado a sus docentes en educación para la prevención del VIH.
El mismo centro de investigación publicó que el número de nacimientos, entre enero y julio del 2022, donde la madre es niña o adolescente de entre 10 y 19 años, fue de 57.173 (3). Un dato escabroso también es el hecho de que los nacimientos entre niñas con edad entre los 10 y 14 años se incrementaron un 11.9% en zonas rurales (4).
Alejandro García, ponente del proyecto de ley, también nos explicó que la situación de los jóvenes colombianos exige un ajuste en nuestra legislación: “en 2021, cerca de 112.000 menores entre los 10 y 19 años se convirtieron en madres. De ellas 4.726 niñas tenían entre 10 y 14 años. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, a septiembre de 2022, hay un registro de 19.116 lesiones por presunto delito sexual, de los cuales, el 80% corresponde a niños, niñas y adolescentes y, en Bogotá, 8 de cada 10 mujeres han sido acosadas en el espacio público”.
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Desde una perspectiva de la formulación de una nueva política integral de educación sexual, Isaac Morales, de Fundación Paz y Reconciliación, plantea que “Colombia tiene una educación sexual deficiente. Yo diría que en muchas partes es nula. Hay colegios, instituciones educativas tanto públicas como privadas que ni siquiera abordan el componente de educación sexual que por ley están obligados a desarrollar en los distintos niveles de escolaridad. Entonces, este proyecto de ley es importante para mejorar esos indicadores y las posibilidades de acción que puedan tener los jóvenes y niños frente a lo que significa descubrir y explorar su sexualidad. Eso no significa que se esté promoviendo algún tipo de actividad sexual en todo el país, sino simplemente una formación integral relacionada a este tema”.
Tampoco atenta contra la libertad religiosa
Organizaciones conservadoras como la Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced) solicitaron que se archivara el proyecto de ley porque, según esta asociación, “atenta contra la libertad religiosa e impone “contenidos” rechazados por la mayoría de padres de familia”. Sin embargo, Redcheq no encontró, en el texto aprobado en primer debate de la Comisión Sexta de la Cámara de Representantes, ningún artículo que imponga contenidos específicos a los colegios y, de manera explícita, promulga el respeto por la autonomía escolar. Por otra parte, no encontró evidencia científica -encuesta, estudios, etc- que permita concluir que la mayoría de padres colombianos rechacen algún contenido presente en el documento.
Mientras tanto, el congresista García insiste en que en el proyecto simplemente se incluye “de manera transversal este tema en las instituciones educativas respetando la autonomía escolar y atendiendo la formación docente, la creación de fuentes de consulta seguros y la articulación con la comunidad educativa donde se encuentra el núcleo familiar. Dentro del proyecto de ley se establece que las familias deben ser notificadas y estar informadas sobre los contenidos en materia de Educación Integral en Sexualidad que se compartan con sus hijos”.
¿Por qué tanta desinformación?
García piensa que “una de las razones está motivada por el desconocimiento del contenido del proyecto, pues muchos de estos argumentos se basan en textos ajenos al mismo”. Por otra parte, “la obligatoriedad de la educación sexual es de hace apenas 30 años, entonces la generación que antecedió a esa norma no tuvo las plenas garantías para acceder a este derecho y hoy estos temas son abordados desde el tabú”.
Por su parte, Isaac Morales plantea que uno de los retos con los sectores más tradicionales de la política colombiana es que son incapaces de abrirse a los distintos y nuevos contextos y creen que hablar de un tema significa, más o menos, incitarlo. Para ellos, hablar de educación sexual es “abordar un tema que termina siendo tabú”. Muchas veces “terminan promoviendo la desinformación, pese a las ventajas que podrían generarse con proyectos como el de educación sexual integral en los colegios. Entonces, es complejo sobre todo a partir de ese discurso absurdo de la ideología de género que ha ido calando en los últimos años, pero siento que hay nuevas voces que están haciendo esfuerzos en el Congreso para corregir esas perspectivas”.
*Este documento es parte de “Lexicón. Términos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones éticas. Pontificio Consejo para la Familia” publicado por el Consejo Pontificio Para La Familia en 2004.