En redes sociales han circulado varias publicaciones afirmando que el ministro de Hacienda de Petro, José Antonio Ocampo, dejó al país en quiebra cuando también fue jefe de esa cartera en el gobierno Samper. ¿Por qué es mentira? Aquí se lo explicamos.
Tras la designación del próximo ministro de Hacienda del gobierno de Gustavo Petro, José Antonio Ocampo, varios mensajes en redes sociales aseguran que cuando el economista caleño de 69 años fue ministro de Hacienda de Ernesto Samper, entre 1996 y 1998 dejó al país en la quiebra. Uno de esos trinos dice: “José Antonio Ocampo, fue ministro de Hacienda en el gobierno de Samper y dejó a Colombia casi quebrada ; sólo creció un 0,6%. En esos años 96/97, la inflación (sin pandemia) llegaba al 20%, la pobreza rondaba el 55%, el UPAC ahorcaba a las familias y el desempleo estaba en 17%”. (sic).
En RedCheq encontramos que esa información es Mentira. Ocampo no dejó a Colombia en la quiebra, como lo aseguraron en redes sociales. La conclusión a la que llegan los expertos es que es inexacta esa afirmación porque los indicadores económicos usados como argumentos para cuestionar a Ocampo tienen que ver con variables externas, incluso que no dependen de Minhacienda. Además, al dejar su cargo entregó al país cifras aceptables que no indican algún tipo de quiebra económica del país.
Además de esta publicación, hubo otros trinos como el de Melquisedec Torres, @Melquisedec70, quien también indicó que Ocampo entregó el país a punto de la quiebra en 1998.
Hay que aclarar que Ocampo tomó la cartera fiscal el 10 de mayo de 1996 y la entregó con una expansión del 4% en el tercer trimestre de 1997, cuando salió de Minhacienda (el 24 de noviembre de 1997). Es decir que en los cuatro años del gobierno de Samper, Ocampo estuvo al frente de esa cartera solamente 18 meses. Además, ese periodo presidencial terminó con otro ministro de Hacienda.
Al tablero
El analista económico Germán Machado, magíster en Economía y magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Los Andes explica:
1. Colombia sí tuvo un año de crecimiento del 0,6%, pero fue en 1998, cuando fueron ministros Antonio Urdinola (de enero a julio) y Juan Camilo Restrepo (entre agosto y diciembre). En 1996, según el Dane, la economía colombiana creció por el orden del 2,06% y en 1997 el Producto Interno Bruto (PIB) registró una variación de 3,43%.
Hay que tener en cuenta que el PIB es un indicador que mide qué tanto crece o decrece la economía de un país en un determinado tiempo. Se entiende como el valor de todo lo que se produce dentro de un lugar en un periodo de tiempo, usualmente un año o trimestre, y se puede medir desde lo que se produce o lo que se gasta. La fórmula básica del PIB para saber la cifra es: consumo + inversión + gasto del gobierno + (exportaciones – importaciones).
El periódico El Colombiano en una nota titulada ¿Bien o mal? Así le fue a José Antonio Ocampo hace 26 años en el MinHacienda (elcolombiano.com) coincide con Machado al indicar que Ocampo recibió una economía creciendo al 2%, dato del segundo trimestre del 1996.
Para ampliar más esta discusión, Felipe Campos, gerente de Inversión e Investigaciones Alianza Valores y Fiduciaria, indicó en su cuenta de Twitter, que un ministro de Hacienda no determina el PIB de un país en 15 meses en su puesto, eso tiene que ver con una mezcla de elementos locales y globales. “Pero si se quiere ser específico, recibió la economía con 2,26% y la entregó en 4,23%. Y si quiere ser más específico el desplome posterior fue regional”.
2. “La inflación sí era cercana al 20%”. Fue de 21,6% en 1996 y de 17,7% en 1997, así lo confirma un estudio del Banco de la República. “Pero eso no necesariamente es atribuible al ministro y en esas épocas no había todavía esquema de inflación objetivo”, puntualiza Machado.
“En eso la gestión del ministro Ocampo no es necesariamente la culpable de la situación. Además, la inflación no es necesariamente responsabilidad del ministro de Hacienda. En Colombia, el ordenamiento institucional dice que el responsable de la inflación es el Banco de la República”, precisa Jorge Arturo Saza, director económico de Felaban (Federación Latinoamericana de Bancos).
3. “La pobreza era muy alta (y lo sigue siendo)”, enfatiza Machado. Según la Cepal, la tasa de pobreza bordeaba el 51% en 1996, de acuerdo con el Departamento de Planeación Nacional, para el 1997 llegó al 50%, pero para ser exactos no era del 55% como lo asegura el trino.
4. La cifra de desempleo que menciona el trino no es precisa, dice Machado, porque es difícil rastrear la cifra con el Dane, ya que no hay registros exactos para ese periodo, pero la Cepal dice que fue 11,3% en 1996 y 12% en 1997. Así lo confirma un estudio de la Universidad de Medellín.
5. En cuanto al déficit fiscal, un estudio del Banco de la República, confirmó que este indicador pasó de 3,6% en 1996 a 3,7% en 1997. En contraste con lo sucedido en 1996, cuando se registró la más fuerte expansión de la economía a través de las operaciones del Gobierno, equivalente al 2,8% del PIB.
Machado afirma que “Colombia no se quebró. De hecho, este año (2022) el déficit fiscal va a ser más alto que el peor momento de la crisis de 1999”.
6. La Unidad de Poder Adquisitivo Constante (Upac), explica Saza, director económico de Felaban, tuvo problemas desde los años 80 cuando se ató el crecimiento del Upac a una variable que se llamaba la corrección monetaria que, a su vez, estaba atada a una serie de tasas de interés. Entonces, a la vuelta de varios años, esa idea de atarla a la tasa de interés trajo problemas.
“Los problemas del Upac son estructurales, empezaron en los 80 y estallaron a finales de los 90. Pero no estallaron por la mala gestión del ministro de Hacienda (Ocampo). Sucedieron porque el diseño fue errático. De eso nadie tiene la culpa, porque no se hizo con la intención de quebrar los hogares o de hacer cuotas impagables”.
Saza cuenta que, a finales de los años 90, el Banco de la República tuvo que subir las tasas de interés para controlar un brote inflacionario que se dio, por eso las cuotas de las viviendas aumentaron por los deudores, quienes entraron en problemas de pago de sus cuotas del crédito hipotecario.
¿Qué es la quiebra?
Para el analista económico Jorge Arturo Saza, director económico de Felaban (Federación Latinoamericana de Bancos), la discusión sobre si una economía está en quiebra o no, es una discusión bastante larga porque es entrar a una definición de rigor y formal.
Explica que quizás cuando la gente ve que la economía no está avanzando, que hay recesión, dice que está en quiebra, pero, aunque crezca negativamente, eso no quiere decir que una economía esté en quiebra.
“Por ejemplo, hay economías que han durado mucho tiempo en recesión y eso no ha sido sinónimo de la quiebra. Entre otras cosas, porque los países no son iguales a las empresas, ya que estas tienen causales y tipos de quiebras definidas. Entonces para los países es un concepto etéreo”.
Saza pone el ejemplo de la economía de Argentina entre 2000 y 2001, cuando ese Estado entró en cesación de pagos y no pudo cumplir con sus compromisos financieros ni salariales. “Por tanto, uno puede decir que el Estado ‘quedó en quiebra’, para explicarlo en términos coloquiales, pero lo que pasó en realidad fue una incapacidad de pago de obligaciones financieras”.
Para el analista económico, comparar esa situación con la economía colombiana entre 1996 y 1997 no tiene parangón. “El Estado colombiano jamás ha entrado en una cesación de pagos y los compromisos se cumplieron, con dificultades puede que sí, pero se ejecutaron. Entonces no es cierto que se dio una quiebra”.
Insiste en que tener un déficit fiscal alto no quiere decir tampoco que el Estado está en quiebra, el déficit fiscal de esa época podría ser comparable en proporción del PIB al déficit actual del gobierno nacional, pero tampoco es acertado decir que el gobierno central está en quiebra, no pasó en ese momento, ni lo está ahora. “Los mercados lo financian y esa es la mejor muestra para afirmar que no hay tal quiebra”.
Un poco de historia económica
Mateo Rivera, magíster en Economía, asegura que los datos que se están verificando deben analizarse a la luz de la historia económica colombiana. “Por ejemplo, esa crisis del Upac venía desde el Gobierno de Misael Pastrana, y la gestión de Ocampo como ministro de Hacienda en el Gobierno de Samper no fue la causante, fue por la falta de gobernanza y gobernabilidad Samper”.
Rivera considera que, en ese periodo, cuando Ocampo fue ministro, se presentó un hecho crítico, que fue el Proceso 8.000. “Ernesto Samper llenó de prebendas y beneficios al Congreso, le subió el salario a los policías y llenó al país de regímenes especiales, puros excesos fiscales que estamos pagando hoy en día, eso es uno de los grandes generadores de la mala gestión de las finanzas públicas. Pero más que Ocampo, el que obró mal fue Samper”.
Rivera añade que a Samper también le tocó lidiar con un cambio de ciclo económico y social, que fue la implementación de la Constitución del 91, con unos incrementos considerables de gasto público. “También el proceso de apertura económica, sin embargo, no fue de manera progresiva y pues, básicamente, muchas empresas quedaron mal paradas. Además, ya venía cocinándose una crisis internacional”.
El magíster en Economía recalca que más que a una mala gestión de Ocampo, lo que hubo fue una falta de gobernanza de Samper, “quien estuvo enredado en muchos líos políticos, que terminaron afectando el desarrollo económico del país”.
Finalmente, Óscar Eduardo Medina, docente de Organización y Gerencia de la Universidad Eafit, considera que Ocampo logró maniobrar y capotear la crisis, pues, aunque el país tuvo las puertas cerradas, el entonces titular de Hacienda entregó cifras aceptables.