Aunque nadie está exento de caer en desinformación, algunas personas pueden ser más propensas a ello. ¿Usted qué tan expuesto está ante las noticias falsas?
¿Cómo saber si usted hace parte de las personas más propensas a caer en desinformación? Y, en caso de ser así, ¿cómo puede desintoxicar sus hábitos digitales y reducir la posibilidad de creer noticias falsas? A continuación expondremos algunos rasgos que definen la hoja de vida del ‘Típico Desinformado’ y varias recomendaciones para que cualquier persona pueda empezar a corregir esa carta de presentación.
RedCheq consultó a Beatriz Vallejo y Jaime Unda, miembros del proyecto de alfabetización digital Detox Information Project (DIP), una iniciativa que usa las ciencias del comportamiento, la comunicación y la tecnología para ayudar a las personas y las organizaciones a desintoxicar los ambientes informacionales. Vallejo, científica del comportamiento y directora ejecutiva, junto con Unda, psicólogo, investigador y científico del comportamiento, han analizado varias hipótesis sobre múltiples factores cognitivos que definen al ‘Típico Desinformado’.
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Estas hipótesis están sustentadas en investigaciones internacionales de autores como Jay van Bavel, profesor de psicología y neurociencias de la Universidad de Nueva York; Sander van der Linden, profesor de psicología social en la Universidad de Cambridge; Gordon Pennycook, profesor de ciencias del comportamiento de la Universidad de Regina y David Rand, profesor de administración y ciencias cognitivas del Massachussets Institute of Technology (MIT).
Las características del ‘Típico Desinformado’ en Colombia
El ‘Típico Desinformado’ tiene una o varias de las siguientes cuatro características:
1- Deshumaniza a otras personas: tiende a pensar que quienes piensan distinto no tienen tantas cualidades humanas positivas a nivel intelectual o emocional.
2- Desconfía de los demás: suele desconfiar y está menos dispuesto a hacer acuerdos o llegar a consensos con otras personas.
3- Se siente discriminado por su ideología: tiene una alta percepción de discriminación de los demás hacia él debido a sus creencias.
4- Es intolerante a la ambigüedad: busca constantemente respuestas concretas y evita información que pueda ser ambigua o contradictoria para su mente.
Para identificar las anteriores cuatro características, el equipo de DIP realizó un ejercicio de investigación que permitió definir cuáles de todas las hipótesis y los múltiples factores cognitivos son los más presentes entre la población colombiana. “Lo que hemos identificado y analizado en Colombia no necesariamente es lo que se encuentra en otras partes del mundo”, comentó Vallejo.
Un aspecto clave que identificaron los investigadores es que no hay correlación entre la vulnerabilidad a la desinformación y el nivel educativo, condición socioeconómica o edad de las personas. En otras palabras, la hoja de vida del ‘Típico Desinformado’ no depende de sus títulos académicos, estrato social o edad. “Esto rebate lo que comúnmente se piensa y es que quienes son más proclives a la desinformación son personas mayores o que los más educados y los más jóvenes no caen en noticias falsas. Sin embargo, eso no fue lo que encontramos”, advirtió Vallejo.
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Unda, por su parte, explicó que las personas con intolerancia a la ambigüedad –una de las cinco principales características mencionadas anteriormente– suelen creer y compartir información que les genera certezas. “Esa es una característica que puede hacer que la persona caiga en teorías de conspiración, por ejemplo, porque ese tipo de teorías ofrecen respuestas contundentes que sacan a la persona del estado inicial de incertidumbre sobre algún tema. Los seres humanos odiamos la incertidumbre, por eso tendemos a buscar respuestas certeras”, puntualizó Unda.
Otro de los grandes desafíos –según los investigadores de DIP– es que las redes sociales han permitido que la opinión e información emitida por cualquier persona tenga un alcance prácticamente global y que pueda ser leída y compartida de manera inmediata por cualquier otro usuario. “La desinformación ha existido desde siempre y ha acompañado a los seres humanos desde todos los tiempos, por ejemplo, a través del rumor o el chisme. Sin embargo, la proliferación de la desinformación actual es mucho más grande gracias a las redes sociales”, agregó Vallejo.
Otro reto es que los algoritmos de las redes sociales están diseñados para mostrarle a los usuarios los contenidos que más se ajustan a sus gustos, intereses o creencias. Esto genera que las personas queden inmersas en su propia ‘burbuja de información’ y no puedan contrastar los contenidos que consultan. De hecho, buscar información que no esté alineada con nuestras propias creencias es una de las prácticas o hábitos recomendados por DIP para reducir la exposición a la desinformación.
¿Qué hago si soy un ‘Típico Desinformado’?
Una vez identificadas las principales características del ‘Típico Desinformado’, ¿cómo pueden las personas tomar medidas para desintoxicar sus hábitos digitales y reducir al máximo la posibilidad de creer en noticias falsas?
El proyecto Detox Information Project (DIP) ofrece en su página web un paquete de test y videos para que las personas puedan identificar si tienen alguna de las cuatro características que las hacen propensas a creer noticias falsas: deshumanización, desconfianza, percepción de discriminación e intolerancia a la ambigüedad.
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“Lo primero que buscamos es que la persona sea consciente si tiene o no tiene esas características. Después de ese diagnóstico, los videos se encargan de mostrarle la manera en que dichas características pueden ser perjudiciales. Esto produce algo que se conoce como ‘disonancia cognitiva’, que le permite a la persona confrontar sus creencias prestablecidas y reconocer que las otras personas, aunque piensen distinto, tienen características muy similares a ella. Allí es cuando se pueden generar nuevas conclusiones sobre las creencias que se tenían previamente”, explica Jaime Unda.
En ese sentido, DIP ha diseñado la siguiente checklist para no caer en desinformación y aprender a identificar noticias falsas. Cualquiera que desee empezar a cambiar su hoja de vida de ‘Típico Desinformado’, debería tenerla en cuenta.
Si la respuesta a alguna de las anteriores preguntas fue afirmativa al momento de leer una noticia, un trino viral en redes sociales o una cadena de WhatsApp, probablemente se trate de información falsa o descontextualizada. Por esa razón, antes de compartir una información dudosa, el ‘típico desinformado’ debería tomarse un breve tiempo, respirar profundo y contrastar la información con otras fuentes.
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El periodismo de fact-checking o periodismo de verificación y los proyectos de alfabetización digital también son fuentes confiables para facilitar que las personas puedan transformar su hoja de vida del ‘Típico Desinformado’ hasta convertirla en una carta de presentación de ‘Típico bien informado’ con herramientas para detectar la desinformación que circula en redes sociales.
En conclusión, hay que sospechar de contenidos que promuevan dudas infundadas, ofrezcan respuestas certeras a problemas complejos o alienten emociones como la rabia y la indignación. Además, es recomendable verificar que la información esté sustentada en fuentes confiables, por ejemplo: artículos académicos, documentos oficiales, expertos en el tema y medios de comunicación confiables.