Enrique Gómez, candidato presidencial por el Movimiento de Salvación Nacional, tiene razón en que son más las mujeres que se gradúan de la universidad que los hombres, pero tienen tasas de desempleo superiores a las de ellos.
En una entrevista en Canal Capital, el candidato presidencial Enrique Gómez aseguró que “hoy el 55% de las graduandas a nivel profesional son mujeres, superan largamente a los hombres, solo el 44% de los graduados, los que terminan la universidad, son hombres". (minuto 15:53)
El candidato por el Movimiento de Salvación Nacional se refirió al asunto al contestar a la pregunta sobre cómo reducir las brechas de género en el sector laboral.
Calificamos la información mencionada por Gómez como Discutible, ya que si bien las cifras coinciden con las que proporciona el Ministerio de Educación, el candidato no precisó el periodo de tiempo al que corresponden ni tampoco aclaró que incluyen a todos los tipos de formación de educación superior, no solo de educación universitaria en modalidad de pregrado. Además, porque en el panorama laboral la tendencia se invierte y no hay igualdad en los salarios.
Redcheq le preguntó al candidato por la fuente en la que basó las cifras y por el periodo de tiempo al que corresponden, a lo cual contestó que se puede mirar en el Sistema de Información de Educación del Ministerio de Educación, pero que, de todos modos, enviaría la tabla dinámica que sustenta los datos. Sin embargo, hasta la fecha de publicación de esta verificación, no se ha recibido ningún documento de su parte.
Por esta razón buscamos las fuentes oficiales de estos datos. Revisamos, en primer lugar, la información que provee el Observatorio Laboral para la Educación del Ministerio de Educación, el cual indica que, entre el 2001 y el 2018, hubo 4.800.920 graduados de programas de educación superior. De esa cifra, el 55% son mujeres, es decir 2.640.506, y el 45% son hombres, es decir 2.160.414.
Fuente: Observatorio Laboral para la Educación
Fuente: Observatorio Laboral para la Educación
Incluso datos más recientes que los que utilizó Gómez muestran esa tendencia. Según las bases de datos consolidadas del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), en el año 2020, que es el más reciente del que se tiene reporte, se registraron 449.923 graduados. De ellos, 251.587 son mujeres, proporción que representa el 55.9% de la población, y 198.336 son hombres, que corresponde al 44,08% restante.
Pero ojo, estas cifras incluyen información de graduados de todos los niveles de educación superior, es decir, de formación técnica, tecnológica, universitaria, además de especializaciones, maestrías y doctorados. Si se discriminan los datos teniendo en cuenta solo “los que terminan la universidad” en modalidad de pregrado, que son los que precisa el candidato Gómez en su entrevista, las cantidades y los porcentajes varían.
En el archivo de excel que contiene la información proporcionada por el SNIES no aparece la totalidad de graduados universitarios discriminados por género, así que se recurrió a las fórmulas de este programa para obtener los datos. En ese caso, el total de graduados de nivel universitario en 2020 fue de 225.515. De estos,133.418 fueron mujeres y 92.097 fueron hombres, lo cual representa el 59% y el 41% respectivamente.
De todos modos, es importante precisar que, a pesar de que son más universitarias (mujeres) que universitarios (hombres), en el panorama laboral los papeles se invierten.
La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) indica que “para el trimestre móvil diciembre 2021 - febrero 2022, la tasa de desempleo para las mujeres fue 16,8% y para los hombres 10,0%”.
Esta desigualdad se mantiene incluso cuando se tiene en cuenta el nivel de educación de la población. La GEIH muestra que en 2019, la tasa de desempleo para las mujeres con educación universitaria fue de 12,4% y para los hombres fue de 9,4%, lo cual significa que son ellas quienes, a pesar de tener una preparación académica más avanzada, tienen menos posibilidades de vinculación laboral.
Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, explica que a pesar de que tanto la Constitución Política como el Código Sustantivo del Trabajo contienen una promesa de igualdad que prohíbe la discriminación por género, raza, religión, etc, en el contexto real “una mujer, por el hecho de ser mujer, tiene menos posibilidades de que sea respetado el principio de un trabajo igual o un salario igual del que tiene un hombre “. De hecho, “las mujeres trabajan más horas de trabajo remunerado y no remunerado que los hombres, pero tienen menos posibilidades de ingreso y de igualdad salarial”, añadió.
De acuerdo con él, “el problema no es la educación” porque “las mujeres tienen mejores grados de educación que los hombres”. El problema “es un patrón cultural machista”, aclaró.