El senador del Pacto Histórico atina en las cifras en las que basa sus frases, pero llega a conclusiones erróneas.
Uno de los temas que el nuevo gobierno de Gustavo Petro ha puesto sobre la mesa es el de una posible renegociación del TLC con Estados Unidos. A raíz de esto César Pachón, senador del Pacto Histórico (coalición de gobierno), y líder campesino, publicó en su cuenta de Twitter cuatro razones para renegociar el tratado que se aprobó en 2011.
Para manifestar esas afirmaciones, el congresista se basó en un pdf sobre la balanza comercial de Colombia con Estados Unidos, desde el 2003 hasta el 2021, que tiene como fuente el Ministerio de Comercio. También tuvo como referencia otro documento pdf de la misma cartera en el que hace un resumen de los 10 años del TLC entre estos dos países. Además, le compartió a RedCheq una columna de opinión de Amylkar Acosta acerca de los resultados de este acuerdo comercial durante esta década.
Después de verificar cifras, contrastar fuentes y hablar con expertos, RedCheq encontró que las cuatro razones son discutibles.
Frase 1: “Los principales bienes que se están comprando a Estados Unidos, como maíz, trigo y arroz, son productos que se pueden producir en Colombia y cuyas importaciones están reemplazando producción y empleos locales”.
En ninguno de los documentos enviados por Pachón se hace referencia a la compra de maíz, trigo y arroz a Estados Unidos, por lo que no sabemos de dónde sacó el dato.
RedCheq califica esta afirmación como Discutible, pues entre los 20 principales productos que Colombia importa de Estados Unidos están el maíz y el trigo, pero no el arroz. Además, según expertos, es impreciso decir que la importación de los mismos está reemplazando en su totalidad la producción y empleos locales.
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Por lo anterior, buscamos datos de la Cámara de Comercio Colombo Americana - AmCham. Según este gremio, maíz y trigo están en el top 20 de los más importados de Estados Unidos en el 2021. El maíz está en primer lugar, el trigo ocupa la sexta casilla y el arroz no está en la lista. Hay que precisar que en la posición 16 se ubica el maíz, diferente al amarillo y al maíz de siembra.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que es la entidad encargada de llevar las cuentas de lo que exporta e importa Colombia, para mayo del 2022 (actualizado el 19 de julio de 2022), en el cuadro relacionado con el subgrupo CUCI, es decir, las importaciones basadas en la Clasificación Uniforme del Comercio Internacional, solamente el maíz se encuentra entre los principales productos importados desde Estados Unidos.
Lo que más importó Colombia de Estados Unidos en los primeros cinco meses del año, según el Dane, fue gasolina para motores y otros aceites ligeros, y gasóleos. No los cereales mencionados por Pachón en el trino.
Finalmente, según el Dane, en las especificaciones por capítulos, el principal capítulo de importaciones de Estados Unidos es el de combustibles y aceites minerales, luego está una mezcla de productos y servicios que no caben en otros grupos, que se denomina Demás capítulos; y en tercer lugar está el capítulo de cereales, donde se incluyen el maíz, el trigo y el arroz.
Sobre la segunda parte del trino, en el que el senador del Pacto Histórico asegura que el maíz, el arroz y el trigo “son productos que se pueden producir en Colombia y cuyas importaciones están reemplazando producción y empleos locales”, expertos consideran que en teoría esta situación sí se puede dar en el país, pero no hay cifras que soporten esa afirmación.
El economista Germán Machado, magíster en Economía y docente de la Universidad de Los Andes, afirma que, con base en los datos del Dane, Colombia importa alimentos como trigo, arroz y maíz, pero es impreciso decir que están reemplazando en su totalidad la producción y empleos locales.
Sin embargo, puntualiza que lo escrito por Pachón en su trino es técnicamente cierto. “Esas importaciones sí están reemplazando parte de la producción local y de los empleos nacionales, pero también hay que decir que es una ventaja para los consumidores que lleguen productos de otros países, que muchas veces son más baratos”.
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El analista económico Javier Acevedo, magíster en Administración de Empresas, agrega que es cierto que las grandes cadenas y superficies comerciales están importando trigo. Puntualiza que Ucrania es uno de los mayores exportadores de trigo en el mundo y que, por la guerra con Rusia, Colombia podría convertir esta crisis en una oportunidad para sembrar esos cereales (trigo, maíz y arroz).
“El maíz se puede cultivar en la mayoría de las regiones del país. El arroz no se da en todas, en algunas como el Tolima. Entonces sí hay esa gran oportunidad”. La propuesta, para Acevedo, debería ser que en la próxima reforma se aplicaran incentivos para esos tres gremios (trigo, maíz y arroz), para que Colombia más bien los exporte y se generen ingresos al país.
Acevedo insiste en que estos tres productos se importan porque los precios que llegan del exterior son más baratos de los que hay en el mercado colombiano, la razón es el alto costo que tienen estos cereales para su producción y los precios altos de los fertilizantes, situación que agobia a estos gremios. “Esto llevó a una desmotivación en la siembra de maíz y trigo, en especial”, dice el magíster Acevedo.
El caso particular del trigo
Según la Federación Nacional de Molineros de Trigo (Fedemol), los cereales desde la antigüedad han alimentado a la humanidad, como el trigo, el maíz y el arroz. Entre estos tres, el trigo fue el primer cereal domesticado por el hombre, y hoy en día atraviesa una tendencia inflacionaria en el mundo.
Este gremio puntualiza que la crisis entre Ucrania y Rusia ha impactado a la industria y al agro colombianos, también el desbalance logístico marítimo internacional y, finalmente, el cambio climático. Estos tres factores han puesto muy volátiles el mercado de los ‘commodities’, entre ellos el trigo. De acuerdo con el Instituto de Estudios Cajasol, un commodity es un material tangible que se puede comerciar, comprar o vender. Normalmente se utilizan como insumos en la fabricación de otros productos más refinados.
“El ‘commodity’ que más ha incrementado desde que se inició la guerra de Rusia y Ucrania ha sido el trigo, con un incremento del 40%. Esto se da porque estos dos países en conjunto exportan el 30% de este cereal que consume el mundo. Entonces, esto ha presionado al alza el precio del pan, el alimento del mundo, y el trigo es su principal materia prima”, explica Pilar Ortiz, directora ejecutiva de la Federación Nacional de Molineros de Trigo (Fedemol) de la Andi.
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Ginna Paola Ruiz, empresaria y gerente de la panadería El Maná, en Bucaramanga, recuerda que Colombia producía su propio trigo hace 45 años y que esta crisis mundial podría ser una oportunidad para invertir más en el agro.
“Hablé con Fedemol, de la Andi, para no quedarnos de brazos cruzados y proyectar junto con el gobierno nacional los cultivos de trigo, pero la respuesta fue un no, porque acá no se puede, pero para los cultivos de palma de aceite sí hay tierras, que es destructiva, y para el trigo no hay. Por ejemplo, por la crisis de Rusia y Ucrania, ya Argentina empezó a producir su propio trigo”, sentencia Ruiz.
Asegura que el trigo, el maíz y el arroz son los tres alimentos que abastecen a los seres humanos. “Y no tenerlos en Colombia sería acabarnos, llevar a muchas familias a la hambruna. El Gobierno nacional no ha entendido eso”, concluye.
Pilar Ortiz, directora ejecutiva de la Cámara Fedemol de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), precisa que en el país se producen tan solo 6.800 toneladas de trigo cuando el consumo es de 1,8 millones, para un total de 2.600 hectáreas cultivadas.
La directora ejecutiva de Fedemol indica que en este momento los países que no están asegurando la producción de trigo en sus territorios, para garantizar la seguridad alimentaria, están siendo afectados por altos precios. “En Colombia, hasta el momento, no hemos tenido ningún problema de inventarios de trigo, nuestros molineros han podido importar el trigo porque nuestros principales proveedores de trigo son Canadá y Estados Unidos. Hemos comprado trigo a un precio muy alto y hemos tenido disponibilidad”.
Ortiz explica que Colombia está ubicado en una zona geográfica donde la vocación del suelo no es para el trigo, ya que necesita de clima frío y grandes extensiones, “y nuestras regiones con clima frío no tiene grandes extensiones porque somos un país montañoso. Además, el trigo no ha sido un cultivo de alto rendimiento para los campesinos, por eso el gobierno sustituyó el trigo por otros cultivos de mayor rentabilidad”.
Frase 2: “Estamos importando más de lo que exportamos, y en estos momentos eso significa menos ingresos de dólares a nuestra economía. Algo que en época de crisis significa mayor devaluación de nuestra moneda”.
Para esta afirmación el senador tomó como referencia un documento titulado Balanza comercial Colombia con Estados Unidos 2003- 2021, que tiene como fuente al Ministerio de Comercio. En dicho texto se explica que: “las importaciones se dispararon después de la firma del TLC. Pasaron de sumar 7.998 millones de dólares entre 2003-2011 a 23.023 millones de dólares entre 2013- 2021”.
El documento señala también, que entre 2013 Y 2021 la balanza comercial fue negativa por 14.762 millones de dólares, es decir, que se importó más de lo que se exportó. Pachón también cita una columna de Amylkar Acosta, quien asegura que “las importaciones han crecido más que las exportaciones, y ello se ha reflejado en una expansión de la cuenta comercial de la Nación”.
RedCheq califica esta afirmación como Discutible, pues si bien las cifras muestran que Colombia importa más de lo que exporta, las conclusiones que saca Pachón de esas cifras son erradas.
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De manera técnica, según el Dane, la comparación entre importaciones y exportaciones de un país se llama balanza comercial, es decir, las diferencias entre estas dos actividades económicas. A partir de los recientes datos del Dane, para mayo del 2022, Colombia sí importa más de lo que exporta. Por ejemplo, para el quinto mes del año se registró un déficit en la balanza comercial colombiana de 1.732,5 millones de dólares FOB, mientras que en mayo de 2021 se presentó un déficit de 1.011,8 millones de dólares FOB.
Para entender estas cifras, según el blog One Core, el valor FOB es el valor de la mercancía puesta a bordo de un transporte marítimo, el cual abarca tres conceptos: costo de la mercancía en el país de origen, transporte de los bienes y derechos de exportación.
El último año en que Colombia exportó más de lo que importó fue 2013, desde ese momento el déficit ha venido creciendo, llegando a su máximo en el 2015 y se repitieron cifras similares en 2021, cuando el déficit llegó a los 15.259 millones de dólares FOB.
Hasta mayo, último registro del Dane en el momento de este chequeo, esa tendencia se ha sostenido en Colombia, por ahora el déficit va en 6.490 millones de dólares FOB.
Y si se revisa la balanza comercial de Colombia con Estados Unidos la tendencia es similar, hay un déficit de 2.020.175 dólares FOB en los primeros cinco meses del 2022, según el Dane. Es decir, Colombia importa más de lo que exporta a Estados Unidos.
Con base en las cifras del Dane y en los informes del Ministerio de Comercio colombiano sobre exportaciones e importaciones, a mayo del 2022, el economista Martín Jaramillo, columnista de El Espectador, sostiene que en los primeros cinco meses del año en productos del agro y alimentos Colombia exporta casi el doble de lo que importa, contrario al panorama general del país, donde se importa más de lo que se exporta. Frente a esta premisa, Jaramillo afirma que Pachón está equivocado en su conclusión del trino.
De esta información, con base en la explicación de Mincomercio, se concluye que las exportaciones agropecuarias, de alimentos y bebidas han venido en aumento en el país, para un alza del 49,6% en mayo y representando el 22,6% del total exportado en Colombia para dicho mes de este año, para un total de 1.030 millones de dólares. Esto contrasta con los niveles de importación de alimentos que sumaron 535 millones de dólares y una participación del 7,9% del total de lo importado en mayo del 2022. Por tanto, Colombia exporta más alimentos, donde entran los cereales, que los que importa.
En cuanto a la conclusión de Pachón acerca de que importar más de lo que se exporta es menguar el ingreso de dólares a la economía colombiana, Jaramillo asegura que un país no fortalece su moneda restringiendo importaciones.
“Eso es una visión cepalina (de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe - Cepal) de los años 60, pero eso ya está refutado en la actualidad. Hoy en día la receta de restringir importaciones no tiene fundamento alguno”.
Insiste en que restringir importaciones no impacta la tasa de cambio del país a mediano plazo, “eso ya está comprobado, de pronto en el corto hay un efecto pequeño, más bien nos hace menos competitivos, perjudica a los ciudadanos y compradores. Restringir hace que se vayan los capitales del país. Además, estas restricciones no les mejora la vida a los campesinos”.
De esta manera, para Jaramillo, el trino de Pachón se queda corto en el análisis del comercio internacional del país. Asimismo, sobre el segundo argumento de Pachón, Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa SCB, recuerda que, en la historia de la balanza comercial de Colombia, esta se ha caracterizado por ser deficitaria, es decir, “importamos más de lo que exportamos al exterior desde antes de que se presentara el TLC con EE. UU.”.
Esto se da, según Ballén, porque las exportaciones colombianas no están lo suficientemente diversificadas y destaca que en los últimos años el déficit de cuenta comercial se ha ampliado debido a que la producción de petróleo ha descendido. “Por otra parte, las importaciones se han fortalecido debido a qué hay bienes y servicios que no producimos en el país como lo son determinada tecnología, maquinaria, insumos y alimentos”.
María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, confirmó que Colombia sí importa más de lo que exporta de Estados Unidos, porque se traen de allá productos que no se producen en el país, como bienes tecnológicos terminados o insumos que entran a formar parte de las cadenas productivas de la industria nacional.
“El 70% de lo que Colombia trae de Estados Unidos son productos que no se producen en el país y en algunos casos la producción nacional es insuficiente para la demanda de los mismos, bien sea por el volumen que se consume o por la baja competitividad de la producción. Mientras que las exportaciones hacia Estados Unidos incluyen bienes agrícolas, insumos de manufacturas, bienes intermedios, textiles y confecciones, entre otros”.
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Explicó que la devaluación de la moneda se da bajo diferentes conceptos como la oferta de dinero, las tasas de interés, el contexto internacional como la guerra entre Rusia y Ucrania, en este momento, y las perspectivas económicas mundiales, y no solo exclusivamente importaciones. Sin embargo, precisó que la cotización del dólar también depende del comercio y la balanza comercial.
“Para mejorar ese comercio exportable lo que se debe hacer es adquirir una cultura exportadora de largo plazo e impulsar la productividad en todos los pasos de la cadena productiva”. Al análisis se suma el economista Mateo Rivera, magíster en Economía, y pone como referencia un estudio de Corficolombiana sobre este tema.
Como se observa en el gráfico 2, para todos los alimentos dentro del análisis se encontró que alrededor del 90% de la oferta total proviene de producción nacional, con un porcentaje importado relativamente menor, sobre todo en aquellos productos que tienen una tarifa de arancel de importación elevada. Sin embargo, esto no necesariamente sugiere que factores internacionales no impacten su precio, ya que “un importante porcentaje de sus insumos de producción sí son importados y han evidenciado un incremento sustancial en su precio en el último año”.
Rivera considera que renegociar un TLC es peligroso por varias razones, incluso la discusión va más allá de unos posibles perdedores en el país con los cultivos de maíz, arroz y trigo, debido a los bajos niveles de productividad. La primera razón, para el experto, es la ventaja comparativa, es decir, que cada país se especialice en lo que realmente sea su vocación o las ventajas frente a otros países.
“El problema de la hipótesis de Pachón para renegociar el TLC con Estados Unidos es que aplicarán políticas espejos, es decir, que el país americano al darse cuenta de que le gravarán los productos que le está vendiendo a Colombia, entonces también gravará lo que le vende a nuestro país, es una forma de bloqueo en el mercado americano a los productos colombianos. Incluso hay ejemplos de esas malas prácticas como Trump con China. Sin duda en un escenario de estos el más perjudicado sería Colombia”.
Frase 3: “El beneficio ha sido para unos pocos, mientras que, en el balance general, las exportaciones de Colombia a Estados Unidos disminuyeron en 54 %. Seguimos exportando plátano, flores y café como hace décadas. Y para ello no necesitábamos un tlc (sic)”.
Pachón indicó que el dato del 54% de disminución de las exportaciones fue tomado de la publicación “La década perdida del TLC” escrito por Amilkar Acosta, exministro de Estado y expresidente del Senado de la República. Por otro lado, también se basó en un informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y un informe de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del senador Jorge Enrique Robledo.
RedCheq califica esta afirmación como Discutible, porque aunque las exportaciones de Colombia a Estados Unidos sí han disminuido cerca del 50%, no es cierto que lo único que siga exportando el país, desde hace décadas, sean las tres materias primas mencionadas por el senador del Pacto Histórico. Colombia sí ha diversificado los bienes vendidos a Estados Unidos a pesar que las exportaciones han disminuido luego de la entrada en vigencia del TLC.
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El texto del exministro Acosta que Pachón referenció explica que: “Las exportaciones de Colombia hacia los Estados Unidos que, en el 2011, antes de la entrada en vigencia del TLC, alcanzaron los US $21.969 millones, en el 2019 llegaron a duras penas a los US $11.290 millones, para una baja del 50%”. El análisis incluye datos previos a la pandemia.
RedCheq revisó las cifras históricas de exportaciones publicadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en la sección “Exportaciones” y luego “Serie histórica de exportaciones por país 1970–2022”. Con base en esos datos, corroboramos que las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos entre 2011 y 2019 –periodo de tiempo al que se refiere Pachón– han disminuido un 54%, una cifra cercana a la que planeó el exministro Acosta en su artículo.
Los datos del Dane muestran que Colombia registró exportaciones en 2011 de US$21.969, mientras que en 2019 esa cifra bajó a US$11.520. Los datos de 2020 evidencian una caída derivada de las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, mientras que en 2021 la actividad comercial comenzó a recuperarse hasta aproximarse a los niveles previos a la pandemia.
Elaboración propia de RedCheq. Fuente: Dane.
No obstante, la afirmación de Pachón es imprecisa al afirmar que: “Seguimos exportando plátano, flores y café como hace décadas”. Un informe (ver adjunto) del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo muestra que el país sigue exportando fundamentalmente flores y café –como lo dijo el senador–, pero los bienes exportados sí se han diversificado durante los últimos años.
“Además de las flores y el café, que representaron en el 2021 el 76 % de las ventas agropecuarias a ese mercado, llegamos con productos agropecuarios no tradicionales como aguacate hass, limón tahití, uchuva, hierbas aromáticas, tilapia y trucha, entre otros. Varios de estos productos no tenían acceso antes del TLC y fue a partir de la entrada en vigencia del acuerdo que adelantamos las gestiones de diplomacia sanitaria para obtener las admisibilidades y poder aprovechar este mercado. Hoy son ya 100 productos con admisibilidad sanitaria”, resalta el informe de MinComercio.
En relación con los nuevos productos colombianos en Estados Unidos, María Claudia Lacouture, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana, le dijo a RedCheq que el TLC “ha permitido un crecimiento de 294 productos nuevos y de más de 3 mil empresas que exportan constantemente a este mercado. Esto gracias a la facilidad de acceso y la exoneración en el pago de los impuestos arancelarios”.
Lacouture explicó que la disminución de las exportaciones se debió a “una menor compra de Estados Unidos, pues comenzó a suplir con producción interna parte de la demanda de estos productos. Al mismo tiempo, el comercio mundial también ha caído en la última década”. La directora añadió que: “En un estudio de AmCham Colombia, encontramos que la firma del acuerdo comercial coincidió con un fenómeno de desaceleración del comercio global de bienes, es decir, existen circunstancias ajenas al TLC que afectan su desempeño, sumada a la caída de los precios del petróleo en los años 2014-2015 que afectaron de forma directa el comercio bilateral”.
Frase 4: “A medida que pasan los años se van reduciendo los aranceles a la importación. Colombia comenzará a importar leche y sus derivados con aranceles mínimos y eso pondrá en crisis a todo nuestro sector lechero y ganadero”.
Después de revisar las fuentes en las que se basó Pachón, mencionadas anteriormente, RedCheq califica como ‘Discutible’ esta afirmación, pues aunque el TLC firmado con Estados Unidos sí estipuló la disminución gradual de aranceles, algunos expertos consultados coinciden en que esto no necesariamente implicará una crisis para algunos sectores, como el lechero y ganadero.
En primer lugar, uno de los puntos del TLC firmado con Estados Unidos fue precisamente la disminución gradual de aranceles, como quedó consignado en el artículo 2.3 sobre “Eliminación Arancelaria”:
“2. Salvo disposición en contrario en este Acuerdo, cada Parte eliminará progresivamente sus aranceles aduaneros sobre las mercancías originarias, de conformidad con su Lista de Desgravación del Anexo 2.3 (...).
(...) A solicitud de cualquier Parte, la Parte solicitante y una o más de las Partes realizarán consultas para considerar la aceleración de la eliminación de aranceles aduaneros establecida en sus Listas de Desgravación al Anexo 2.3. Las Partes consultantes deberán notificar a las otras Partes sobre las mercancías que serán objeto de consultas, y deberán brindar a las otras Partes una oportunidad de participar en dichas consultas. No obstante el Artículo 20.1 (Comisión de Libre Comercio), un acuerdo entre dos o más Partes para acelerar la eliminación del arancel aduanero de una mercancía prevalecerá sobre cualquier arancel aduanero o categoría definida en sus Listas de Desgravación del Anexo 2.3 para tal mercancía”.
RedCheq consultó a Nicolás Rincón Munar, director de asuntos económicos de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), quien explicó que en efecto lo acordado en el tratado se ha respetado. No obstante, sobre la leche en específico, Rincón dijo que las estimaciones del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural es que las importaciones de leche desde Estados Unidos representan “menos del 5% que se requiere para el consumo de la industria nacional frente al 95% de la producción nacional”.
La disminución de aranceles en los bienes importados de Estados Unidos –como la leche– se ha comportado de la siguiente manera. Durante el primer año de entrada en vigencia del TLC (2012) fue de 30,8%, actualmente está en 8,8% y en 2026 no habrá aranceles para este producto. Es decir, el senador Pachón tiene razón al afirmar que “a medida que pasan los años se van reduciendo los aranceles a la importación”.
¿Puede haber crisis en el sector lechero y ganadero?
Los gremios de estos sectores han alertado sobre una posible crisis por cuenta de la disminución de aranceles a las importaciones. “Todo indica que lo que se viene son graves problemas para los ganaderos colombianos, porque seguramente ingresará mucha leche de Estados Unidos”, dijo Javier Ardila, gerente de La Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac) en Portafolio.
Por otro lado, José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), aseguró en El Espectador el año pasado que “se observa un incremento permanente de las importaciones de leche en polvo procedentes de Estados Unidos y el cupo fijado en el acuerdo, se copa totalmente en los primeros días de cada año acogiéndose al menor arancel”. Por esa razón, el gremio ganadero solicitó la aplicación de la salvaguardia establecida en el TLC con Estados Unidos.
En una orilla menos alarmista está Carolina Mora, docente del área internacional de la Universidad de Manizales, quien le dijo a RedCheq que: “La disminución de arancel en cualquier producto equivale a la reducción de costos que podría verse reflejados en una incursión más fuerte de ese producto en un mercado nacional. Podría entrar a competir a unos precios mucho más competitivos y hacerle frente a los bienes nacionales. Sin embargo, para el caso de la ganadería y los lácteos influye más que solo el precio de los aranceles, porque son productos con características bien particulares. Por ejemplo, en el tema del movimiento del producto como tal está la logística internacional. En los lácteos, es necesario conservar una cadena de frío y tener una logística internacional específica para el movimiento de perecederos puede ser bastante complejo e incluso puede ser bastante costoso”.
Además, como mencionó anteriormente Rincón Munar, director de asuntos económicos de Analdex, aunque los aranceles a las importaciones de leche desde Estados Unidos se ha reducido desde 30.8 % (año 2012) hasta 8.8 % (año 2022), dichas importaciones representan actualmente menos del 5% del consumo interno de leche en Colombia.
Finalmente, Carolina Mora insistió en que la misma logística internacional de las importaciones puede ser igual de compleja y costosa para el sector ganadero y concluyó que: “No se puede encasillar un mercado y decir que por un aumento o una disminución de un arancel ya vamos a tener un cambio en el mercado, porque para estos productos hay que tener un contexto general que abarca tanto los procesos aduaneros y arancelarios, como los procesos de logística internacional que inciden ahí”.